Elige tus batallas, no siempre es necesario tener la razón. Cuando actuamos de forma impulsiva, es común que nos dejemos llevar por la necesidad de querer tener la razón, por el simple placer de ganar. Al discutir de esta forma, olvidamos que nuestras relaciones, personales y sociales, pueden desgastarse.
No significa que no debamos proteger lo que pensamos. Nuestros pensamientos son importantes porque son parte de afirmarnos a nosotros mismo y ser respetuosos con nuestros valores. Más bien, me refiero al deseo impetuoso de tener siempre la razón.
Bien, pues eso sucede porque ponemos nuestra valía de por medio. Si lo que pensamos es:
- Si no gano soy un perdedor.
- Ellos se burlaran de mí; tengo que demostrarles que se equivocan.
- Si ven que no sé, nadie me va a querer y respetar
- Etc.
Es claro que trataremos, con todos los medios, de imponer nuestra superioridad. Pues el gran riesgo es que, en esos pensamientos, ponemos en juego nuestra valía como ser humano.
Nada más peligroso que poner nuestro valor como seres humanos en lo que hacemos y sabemos.
Elige tus batallas: 2 tips
Independientemente de que en algunos casos sí tengamos la razón eso no quiere decir que debamos demostrar que la tenemos. Y no necesitamos demostrarlo, por dos razones:
- Porque comúnmente las situaciones que generan este tipo de disputas son subjetivas. Es decir, ante una misma realidad hay diferentes versiones.
- Porque todos somos falibles, aunque antes no te hayas equivocado, no te exime de errores.
Es importante considerar el bienestar del otro al momento de querer demostrar que tenemos la razón. Hay que preguntarnos a nosotros mismos si, al demostrar que tenemos la razón, no dañamos la relación o a la persona.
Claro habrá situaciones donde sea importante imponernos. Por ejemplo: si nuestra pareja quiere tirar por las escaleras al niño hay que actuar y mostrarle que no debe hacerlo pues lo lastimará. Y más que demostrar que estamos en lo correcto, en esa situación hay que actuar, detener que suceda, y no ciclarnos en si realmente el niño se lastimara o no. Ciertamente pocas veces las discusiones son en ese nivel de importancia.
Te invito a reflexionar sobre lo que te lleva a querer tener la razón.
No vale la pena destruir nuestras relaciones por imponer nuestras opiniones. Acércate a nuestro grupo de profesionales si necesitas apoyo.
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