Hemos pasado por una lucha constante contra el miedo a la incertidumbre, al estrés ante la estabilidad económica y el afrontamiento de pérdidas de seres queridos. Sin embargo, actualmente inunda a mucha gente el miedo a la vacuna de COVID-19.
¿Cómo ha reaccionado el mundo?
Es importante comprender las reacciones emocionales ante la vacuna, pues esto tendrá un gran impacto en la resistencia de la persona ante el vacunarse o no. Algunas personas expresaron sentir alivio, alegría y esperanza. Mientras otras, por el contrario, expresaron miedo, confusión e incredulidad.
El miedo compartido en la sociedad gira en torno a la seguridad, calidad, efectividad y reacciones secundarias de la vacuna. Y se agrega la gran cantidad de información contradictoria en redes sociales, así como a las noticias que brindan los medios de comunicación.
Si comprendemos el origen de estos miedos y empatizamos con las personas que nos rodean, nos permitirán no juzgarlos, sino asistir, escuchar y brindar información confiable.
Podemos empatizar con el otro y hacerle recomendaciones, más no podemos obligar ni imponer nuestras ideas.
¿Qué factores mantienen e incrementan la ansiedad y el miedo a la vacuna de COVID-19?
Como seres humanos, buscamos lo conocido, lo familiar, pues esto nos brinda un sentido de seguridad y control sobre la situación. Es comprensible que lo desconocido, nos genere ansiedad o temor, como lo es la pandemia y más específicamente, la etapa de la vacunación.
Entonces existen varios factores que nos predisponen y que mantienen los niveles de ansiedad y miedo ante la vacunación del COVID-19:
-El miedo a las inyecciones: Este miedo afecta a mucha gente, quienes presentan una ansiedad intensa y se suele evitar o resistir exponerse al estímulo temido. Incluso con el simple hecho de pensarlo, se generan respuestas fisiológicas, cognitivas y emocionales desproporcionadas. No sólo hablamos de el temor ante la vacuna de COVID-19, pues la mayor parte de vacunas se inyectan. Si una persona presenta este miedo, es mucho más probable que no quiera vacunarse.
-Los Movimientos antivacunas: Estos grupos se caracterizan por una postura en contra de la vacunación de forma general. Sin embargo, detrás del discurso de estos movimientos se presentan intereses que pueden ser económicos, políticos y/o religiosos. En gran medida, la divulgación de estas ideas basadas en una falta de argumentos verídicos, generan mitos, una enorme desinformación y por ende, el temor en la sociedad aumenta.
-La desinformación: Gracias a la tecnología, tenemos a nuestro alcance gran cantidad de información, pero cantidad no significa calidad. En las redes sociales hay muchas fuentes que carecen de veracidad, lo cual puede ponernos en un punto en que estamos sobresaturados de datos contradictorios que aumentan la incertidumbre y el miedo.
Es por ello que una clave es el contar con información verificada, actualizada y confiable.
Estudios han demostrado que ha disminuido la preocupación por un nuevo confinamiento y se presenta lo que se conoce como una “fatiga pandémica”. Esto se refiere a que como se percibe menos grave el contraer la enfermedad, las medidas de seguridad no se sigan tan rigurosamente.
Sin embargo, también podríamos hablar de un cansancio emocional y mental. Hemos estado expuestos a niveles altos de estrés por mucho tiempo, intentando asimilar información nueva y tomando cartas en el asunto. De repente algo que se anhelaba tanto, como la vacuna contra el virus, se hizo realidad y causó emociones encontradas.
La rapidez de los cambios, el haberse adaptado a una rutina, a una dinámica distinta y ahora nuevamente ajustarnos y hacernos a la idea que vendrán nuevos cambios, también puede provocar ansiedad y temor.
¿Qué hay que saber sobre la vacunación?
La vacunación se considera una práctica responsable para el cuidado de la salud individual y de la salud de los demás. Estar inmunizado se refiere a que una persona es resistente al virus de una enfermedad infecciosa, porque ha generado anticuerpos contra esa enfermedad. Lo que permite la vacunación es que se generen anticuerpos sin haber padecido la enfermedad.
La OMS está colaborando con asociados de todo el mundo para ayudar a coordinar las etapas clave de este proceso. En particular, facilitar el acceso equitativo a vacunas contra la COVID-19 que sean seguras y eficaces.
OMS, 2020.
¿Cuáles son las fases para crear una vacuna?
Toda vacuna se somete a ensayos clínicos, los cuales son una serie de fases que no se pueden alterar, es decir, se requiere que se apruebe una fase para pasar a la siguiente y al final, es obligatorio que todas las fases sean aprobadas. Primero se prueba la no toxicidad de la sustancia en animales para pasar posteriormente a las fases en humanos:
Fase 1
Se contemplan hasta 80 personas para comprobar la seguridad de la vacuna y se hacen ajustes a las correctas dosis de administración.
Fase 2
Aquí se evalúa la inmunogenicidad, es decir, que funcione, la eficacia de la vacuna.
Fase 3
Se vuelve a verificar tanto la seguridad como la eficacia de la vacuna.
Si los resultados obtenidos son suficientes, significativos y positivos, se da el permiso a las farmacéuticas para su uso y distribución, se pasa a la comercialización.
Fase 4
Es la fase de farmacovigilancia, donde se aplica la vacuna al público en general. Todos los medicamentos y vacunas que conocemos actualmente, han pasado por esta fase, es un proceso riguroso y obligatorio.
La OMS comunicó que trabaja para asegurar que las vacunas tengan la máxima eficacia posible, de modo que consiga el mayor efecto en la pandemia. Posteriormente estas se aprueban por organismos nacionales de reglamentación, y se fabrican bajo normas específicas para su posterior distribución.
¿Quienes pueden vacunarse?
Lo más recomendable es que toda la población, o la mayoría en la medida de lo posible, se vacune. Se da especial atención a las personas con enfermedades que representan un factor de riesgo de sufrir gravemente COVID-19 (obesidad, enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias y diabetes)
Las personas que hayan estado infectadas por COVID-19 también pueden vacunarse. Como se mencionó anteriormente, si se tuvo la enfermedad, el cuerpo generó anticuerpos que brindan inmunización por un tiempo limitado. Hay que considerar que se pudo haber desarrollado una respuesta inmune muy débil.
En algunos países personas que ya han sido infectadas sólo se les está administrando una dosis, ayudando a economizar las dosis de vacunas y dar espacio a que otras personas que requieran prontamente la vacunación, como personal médico, mujeres lactantes y adultos mayores, tengan esa posibilidad.
¿Para quién no está recomendada la vacuna?
Como se ha mencionado anteriormente, a pesar de que la recomendación general es que todas las personas se vacunen, esto no se recomienda para personas con antecedentes de reacción alérgica fuerte a algún componente de la vacuna. Y actualmente tampoco se recomienda a menores de 18 años. Esta información puede actualizarse a medida que avanzan los estudios científicos sobre el tema.
¿Y sobre los efectos secundarios?
Gran parte del miedo a la vacuna de COVID-19 se ha enfocado en los efectos secundarios. Es esperado y común que se presenten síntomas secundarios, como en otras vacunas y medicamentos.posibles
Puede presentarse una gripe leve, fiebre o dolor de cuerpo. Esas reacciones son manejables y generalmente se tratan con analgésicos. en el uso clínico.
Como medida de seguridad, se les pide a todos los que acuden a vacunarse que esperen 30 minutos para supervisar posibles reacciones e intervenir de forma oportuna.
Se ha visto que en pocos casos se han presentado reacciones alérgicas, sin embargo son manejables con medicamentos. Por ello es importante comunicar al médico que vacuna si el paciente tiene alergias, para poder prevenir e intervenir.
No es una cuestión de miedo, sino de tomar precauciones
Ante el miedo a la vacuna del COVID-19, es importante el fomento de la responsabilidad individual y colectiva ante la decisión de vacunarse, es importante siempre y cuando se brinde la información certificada y una asesoría adecuada a la población. Recuerda rectificar las fuentes de dónde obtienes información y evita sobresaturarte de datos. Si tienes la oportunidad. También puedes consultar a un profesional en el tema para aclarar tus dudas sobre la vacuna.
Consideremos los grandes esfuerzos hechos mundialmente para prevenir fallecimientos, salvar vidas y poner fin a la pandemia por COVID19. Al final del documento te comparto algunas fuentes donde puedes revisar información para afrontar el miedo a la vacuna de COVID-19:
- DW: Mitos sobre la vacuna COVID-19
- OMS: Información sobre la vacuna COVID-19
- OMS: Mitos sobre la vacuna COVID-19
Recuerda que esto va a pasar y que si consideras que requieres de un apoyo y guía para tu estabilidad emocional, puedes consultar a alguno de nuestros especialistas en Te queremos escuchar.