“Te juro que sé lo que vi”, es una frase para afirmar que no hubo engaños, ninguna distorsión ni errores del pensamiento. ¿Pero esa afirmación es posible siempre? Como sabemos, nuestra mente nos permite percibir con limitaciones, y es con esas limitaciones que interpretamos el mundo.
Una de las características de la mente, es que crea caminos fáciles que nos mantienen atados a viejas creencias y hábitos; a ellos los llamamos sesgos cognitivos.
Los sesgos no significan que nuestro cerebro está dañado o que funciona mal. Sino que, todos tenemos errores en el pensamiento como parte de un proceso evolutivo. Imagina la vida hace unos miles de años, cuando dependíamos de reaccionar rápido, sino el mamut nos atacaba; el cerebro tenía que mandar rápidamente las señales al resto de nuestro cuerpo, pero ahora, en ocasiones, eso nos lleva a cometer errores de precisión.
Una de las formas más comunes de distorsionar los datos, es leer las cualidades de nuestra personalidad en los horóscopos que encontramos en internet. Gracias a los errores del pensamiento, los horóscopos nos parecen creíbles, pues asumimos que las descripciones generales y vagas son exactas y precisas; esto les sucede mayormente a los tauro, a pesar de ser personas libres de pensamiento y no dejarse llevar por la primera impresión.
Todos tenemos sesgos cognitivos, prejuicios y errores, pero no todos nos dejamos llevar por ellos sin reflexionar antes.
La complejidad de nuestra mente y sus fallos naturales no tienen porqué ser un impedimento para superar los inconvenientes, ni para desarrollar habilidades para lidiar con la vida diaria.
Además podemos entrenar nuestra mente y aprender a pensar de una forma distinta, con estrategias y herramientas diferentes.