¿Cómo es el diálogo contigo? Este tiene un impacto fundamental en nuestro comportamiento y en la calidad de las emociones que experimentamos.
¿Quién es la persona con quien más pláticas a lo largo del día? Así es, ¡eres tú!
Ya hemos mencionado que la situación no es lo que nos perturba, sino la interpretación que hacemos de ella (si quieres saber más sobre el tema, te invito que visites el blog: ¡Yo sí tomo terapia! ). Es decir, la manera en que experimentamos las emociones está asociada a la forma en que interpretamos y pensamos sobre una situación.
Si nuestro diálogo interno es negativo, las experiencias que sintamos serán negativas. ¿Te ha pasado que, frente a una situación desagradable, tu pensamiento continúa rondando sobre esa situación? Y piensas, una y otra vez, en lo que te molestó, en cómo actuaste, y cómo actuaron los demás, incluso hasta se queda una frase en la mente como disco rayado, provocando que la molestia se convierta en enojo o ira, y dure mucho tiempo. Por eso, a veces podemos ser nuestro peor enemigo.
Entonces, quizá te preguntes: ¿Se puede mejorar lo que me digo a mi mismo? Y la respuesta es: ¡Por supuesto que sí, lo podemos entrenar! No tienes necesidad de seguir con tus viejas creencias.
¿Cómo mejoro mi diálogo interno?
El hecho de que hayamos aprendido algo, no significa que nos será útil por siempre y que tengamos que repetirlo.
Si aumentamos nuestra conciencia de lo que nos decimos (los diálogos con nosotros mismos) entonces mejoramos en calidad los pensamientos que elegimos, y con ello tendremos emociones y experiencias agradables, con menor intensidad, y que no sean una piedrita en el camino con la que tropecemos una y otra vez.
La intención es que ese diálogo sea más amable, creativo, que definitivamente nos ayude y nos nos bloquee el camino. Quiero invitarles a una reflexión: si tu mejor amigo no la estuviera pasando muy bien ¿Cómo tratarías a tu mejor amigo? Imagino que la respuesta es que lo animarías, serías empático y lo tratarías con menos severidad.
Entonces, si eres gentil con tu mejor amigo también puedes ser cálido contigo mismo.

Aprender a identificar nuestros pensamientos negativos no es tarea fácil, generalmente pasan rápidamente desapercibidos. Por ello, en Te Queremos Escuchar, te apoyamos en el proceso de reaprender a pensar, a cuestionar tus pensamientos y crear alternativas más útiles, experimentar emociones funcionales y, por supuesto, que cuiden de tu bienestar.
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