El perdón es un tema muy amplio y del que mucho se habla, tanto por lo difícil de hacer, como por lo liberador si se hace.
El perdón NO es:
- Absolver: Quitar la falta como si fuera arte de magia; no se trata de desvanecer lo sucedido.
- Olvidar: No es posible borrar de nuestra mente, y si lo fuera, en ocasiones no sería adaptativo; los eventos que nos suceden nos dejan aprendizajes que nos ayudarán a cuidarnos.
- No es renunciar a la justicia, no es seguir en la misma situación. Puedes buscar que se apliquen las leyes de justicia, se den consecuencias sin odiar, sin venganza ni rencor. Te perdono, pero sí me quiero separar; sí quiero denunciarte, etc.
Perdonar es
- Renunciar a la venganza y el rencor, negándose a hacer daño.
- El perdón es personal. La víctima o la persona ofendida es quien tiene el derecho de perdonar y tener paz en su alma.
- Es un proceso que lleva tiempo, no se sabe cuánto tiempo dura el proceso, pero sabemos que no es inmediato.
- No es necesario que el verdugo u ofensor se disculpe, el perdón es una decisión de uno.
Desde una visión no moralista, sino humanista, perdonar a otro es diferenciar entre las acciones y la persona, condenando el pecado pero abrazando al pecador. Perdonar nos conviene por una liberación personal y por procurarnos una vida sin más tormentos mentales que nos causan desgaste y sufrimiento.
Si no logras liberarte de ofensas y daños pasados, esto causa desgaste en las personas que te rodean y en ti mismo; contacta a un psicólogo que pueda apoyarte a encontrar el camino de regreso a casa.
Te invitamos a conocer a nuestro equipo de profesionales.